Empleo con apoyo, un horizonte cada vez más luminoso
- asociacionconfluye
- 26 jun
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La asociación Confluye desarrolla itinerarios personalizados para garantizar el acceso satisfactorio de las personas con diversidad al ámbito laboral
El Empleo con Apoyo (ECA) es uno de los ejes principales de la asociación Confluye. Entendemos como tal la labor conjunta que realizan el/la preparador/a laboral, la persona con discapacidad que está en búsqueda de trabajo y la empresa o institución que contrata. Para ello, se prepara un itinerario personalizado que arranca cuando alguien expresa su deseo de insertarse en el mundo laboral, algo que ocurre con frecuencia. En un primer momento, el/la preparador/a laboral lleva a cabo una evaluación de las habilidades, intereses y necesidades de cada persona, acompañándole en la búsqueda de empleo. Además, le ofrece indicaciones para el desarrollo de las tareas necesarias en el puesto de trabajo, realizando un seguimiento y acompañamiento cuando la persona ya está contratada. El objetivo final es que este apoyo sea limitado en el tiempo y que, poco a poco, vaya disminuyendo hasta llegar a desaparecer porque la persona con discapacidad haya conseguido por sí misma resolver las dudas, dificultades o gestiones que surgen en el día a día.
Gema Sánchez-Cabezudo es orientadora y preparadora laboral en Confluye. “Mi objetivo se centra en empoderar a las personas para que sean lo más autónomas posible en su trabajo. Esto implica fomentar su confianza y habilidades para que puedan manejar sus responsabilidades laborales”, explica. “También trabajo con los empleadores para facilitar adaptaciones razonables en el lugar de trabajo, asegurando que la persona pueda desempeñar su labor de manera efectiva”. Entre otras personas, da apoyo a Miguel Velado, integrante de Confluye, quien tiene experiencia en distintas empresas y organizaciones. Tras aprobar una oposición trabaja como oficial de dependencias en el área de Economía, Innovación y Hacienda del Ayuntamiento de Madrid. “Gema me ayuda. Hemos planificado las tareas que tenía que hacer y me ha dado algunas instrucciones, las dudas que he tenido se las he podido preguntar”, explica. El soporte que le ha ofrecido la orientadora laboral incluye coordinarse con el equipo de trabajo y la jefa de servicio, informar sobre sus competencias, crear una rutina, identificar cuáles son sus fortalezas y en qué aspectos podría mejorar. “Estoy muy feliz, porque intento hacer las cosas lo mejor posible y eso me da satisfacción, aunque todo el mundo cometemos errores, a veces también tengo fallos”. Compagina su trabajo en el Ayuntamiento con la impartición de algunas clases de tenis y unas prácticas de mozo de almacén. Le gusta estar activo, disfruta con las actividades que hace y está orgulloso de ganar su propio dinero.
En Confluye, un factor importante en este desarrollo enfocado al entorno laboral es la capacidad de alinear las necesidades de la institución o empresa empleadora con las habilidades de quien aspira al puesto. Hace algún tiempo se optaba por “formar y luego trabajar”, pero esta vía presentaba ciertas limitaciones para la inclusión de personas con discapacidad de aprendizaje en el entorno laboral ordinario. Para superar estos obstáculos, el enfoque ha evolucionado hacia la estrategia de “trabajar-formar-mantener”, que permite brindar apoyo directamente en un contexto real de trabajo, facilitando una adaptación más efectiva y sostenible. Ese es el caso de la relación que han establecido Elsa SC, gerente de una asesoría de Rivas Vaciamadrid, y Carlota Isabel AC, a la que ha contratado después de entrevistarla. “De momento estamos probando. Le comento algunas tareas que necesito que se hagan y poco a poco la idea es que realice otras más avanzadas”, apunta. Reconoce que su negocio cuenta con una elevada carga de trabajo y mucho estrés diario, por lo que agradece el apoyo que está teniendo desde el equipo de Confluye para que la joven vaya ganando más confianza y seguridad.
Esta empleada de 21 años estudió Formación Profesional de Servicios Administrativos y finalizó hace dos años. Durante 2023 y 2024 trabajó en el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades desarrollando tareas administrativas. Al concluir su contrato, emprendió un camino de búsqueda de empleo con Confluye que ha fructificado recientemente en su actual trabajo en la gestoría. “Está yendo muy bien, aunque tengo que ir poco a poco hasta que empiece a saber cómo se hacen las tareas”, comenta Carlota Isabel. Basándose tanto en su experiencia en la Administración Pública como en la actual en la empresa privada, asegura sentirse muy satisfecha. “En el Ministerio supe lo que era tener un empleo de lunes a viernes, además me gustaba relacionarme con la gente y salir de mi ciudad, Arganda del Rey. Ahora que he estado seis meses sin trabajar lo echaba de menos”, señala. “Quiero seguir avanzando en cuanto a madurez, me interesa aprender más para el día de mañana: conocer más sitios, a más gente, saber hacer las cosas por mí misma”. Explica que ha empezado a revisar nóminas, está aprendiendo a dar de alta a las asociaciones y a descargarse certificados. Próximamente, entre otras gestiones, confía en poder hacer Declaraciones de la Renta. “Me están ayudando mucho desde Confluye, también mis compañeros; además, yo tengo los apuntes, cuando no sé hacer algo lo miro ahí o lo busco en Google”, concluye.
Alberto Domínguez también ha iniciado recientemente su relación laboral en un restaurante vasco de Rivas, aunque ya antes tuvo un puesto de dos años como operario de jardinería para la Junta Municipal de Vicálvaro y otro de año y medio como reponedor en un supermercado. No cuenta con experiencia en hostelería pero precisamente eso es lo que busca: aprender otras tareas que le puedan ser útiles. “Quiero probar otras cosas, aunque la jardinería es mi pasión y en algún momento me gustaría volver a ese sector; pero quiero tener un contrato, porque necesito trabajar para ayudar en la economía familiar, porque ahora nadie está trabajando en mi casa”, señala. Domínguez valora la autonomía que le aportan los empleos a los que ha accedido. Además, junto a un preparador laboral de Confluye se está preparando una oposición para trabajar como operario de instalaciones públicas. Repasan el temario, realizan test y elaboran un plan de estudio. “Tener este apoyo me da seguridad en mí mismo”, asegura.
Daniel García Díez trabaja en ANADAT haciendo labores de limpieza y mantenimiento. “Su incorporación ha sido muy satisfactoria, es muy activo y se ha amoldado muy bien a nuestra filosofía. Me parece vital que el proceso de adaptación esté apoyado por una asociación como Confluye, porque nos han dado todas las facilidades posibles”, explica David Sanz Gutiérrez, responsable de administración en ANADAT. Le parece importante que en determinadas empresas se oferten empleos para personas con discapacidad. “No descartamos que en un futuro se incorpore alguien más”, comenta en relación al compromiso de ANADAT con la inclusión laboral.
En lo que al ámbito laboral se refiere, las personas con diversidad se han visto abocadas durante décadas a desempeñar actividades predominantemente manuales, de baja cualificación, mal remuneradas y poco alineadas con las motivaciones e intereses del trabajador o trabajadora en cuestión. Sin embargo, mediante el esfuerzo conjunto de organizaciones y colectivos se está consiguiendo que esa situación vaya cambiando y que la oferta de sectores a los que acceden las personas con diversidad sea tan amplia como la variedad de necesidades e inquietudes individuales. La asociación Confluye trabaja para ampliar esa perspectiva y que las empresas, administraciones y organismos decidan ir abriendo cada vez más sus puertas a todo lo que estas personas pueden ofrecerles. De esta manera se van dando pasos para llegar al horizonte luminoso que se divisa desde el empleo con apoyo: la igualdad de oportunidades, real y efectiva, para todas las personas.
Esmeralda R. Vaquero, periodista.
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